Ciudad de México, 27 de septiembre (SinEmbargo).– Más allá de las obvias posibilidades de ocio, los juegos de video pueden tener una gran variedad de propósitos que van desde la estrategia militar, hasta la enseñanza académica. Sin embargo, también pueden servir para transmitir sentimientos, como lo hace ahora un videojuego alemán que toma la vida de Ana Frank para crear conciencia de los hechos históricos.
El objetivo es simple: decidir, por ejemplo, si Ana va llevar una bolsa de papas de la despensa a su madre que está cocinando para los habitantes del escondite, en una casa trasera de Amsterdam. La decisión, por otra parte, es crucial. Si tropieza y hace ruido, los vecinos notarán su presencia e incluso podrían denunciar a toda la familia. En cambio, si no hace esta simple tarea, su madre la regañará. Esas son algunas de las decisiones que deben tomar los jugadores de “Anne Frank”, el videojuego creado por Kira Resari, basado en la vida de la jovencita judía que tuvo que ocultarse con su familia de los nazis, para ser deportada y muerta más tarde por las fuerzas del régimen.
La tragedia de Ana Frank está recogida en el libro llamado “El diario de Ana Frank”, el cual se traduce a 55 idiomas y es lectura escolar en todo el mundo. En él se cuenta la historia de Anneliese Marie Frank Hollander y su familia, quienes se mantuvieron desde 1934 huyendo de los nazis hasta que en 1944 fueron capturados y llevados a un campo de concentración. No obstante, hasta ahora la historia jamás había sido tocada por el mundo de los juegos de video.
“También muchos libros y películas tratan temas difíciles. ¿Por qué no debería poder hacerlo un videojuego?”, dijo Resari, quien define a “Proyecto Ana Frank” como una “Experiencia interactiva”, publicó Deutsche Welle.
Kira Resari estudió Diseño de Videojuegos en la Escuela Superior de Medios Macromedia, en Múnich e hizo de este proyecto su tesis de licenciatura. Al leer el diario de Ana, Resari notó que había detalles que no se mencionaban, como la actividad de la gente en la casa, y fue precisamente eso en lo que decidió basarse para desarrollar su juego interactivo.
Sin embargo, el proyecto no se encuentra exento de polémica y no son pocos los que han señalado que, al crear un videojuego basado en la historia de la muchacha que falleciera de tifus el 12 de marzo de 1945, se está trivializando su tragedia.
“Muchos creen que los videojuegos están destinados principalmente al entretenimiento, pero pueden mucho más que eso, ya que también transmiten sentimientos”, agrega Resari, al mencionar que el objetivo del juego de video es transmitir la atmósfera de la casa trasera tal como la vivió supuestamente Ana Frank.
Por tal motivo, el juego no cuenta con una gráfica detallada en 3D ni efectos especiales de sonido, mientras que el aspecto visual apunta más bien a lo sencillo, con un tono musical de piano que aporta una estética melancólica al juego.
El juego, por su parte, se desarrolla a lo largo de un día en la vida de Ana, el 20 de octubre de 1942, y el jugador puede moverse libremente en la casa trasera del edificio de la Prinsengracht 263. En el rol de Ana, el jugador se encuentra con su hermana y con sus padres, así como con los miembros de otra familia que también halló refugio en el mismo domicilio.
Con este escenario, el jugador puede decidir si la jovencita judía estudia, ayuda en las tareas del hogar o escribe en su diario. “No se trata de entretenerse”, explica el diseñador. “En lugar de acción quiero provocar emociones. ¿Qué se siente al vivir con siete personas y un gato en 50 metros cuadrados? Allí la clave son las relaciones sociales”.
Sin embargo, en lo referente a que el jugador pueda influir en determinados sucesos e intervenir en el devenir de los hechos, Resari no permite de ningún modo que el jugador se transforme en Dios y sólo se le permite modificar vivencias cotidianas. El hecho de que Ana Frank y su familia hayan tenido que ocultarse es algo que nadie puede cambiar, por lo que es inevitable que –al menos en esta aventura digital– sean descubiertos por los nazis y deportados.
Mientras tanto, el videojuego aún se encuentra en fase de prueba y no está a la venta. Para Resari, que este título llegue al mercado no es una opción, y considera que su obra es un bien cultural, sobre todo para las jóvenes generaciones.
De acuerdo con el diseñador, los más jóvenes necesitan puertas de acceso a la historia que estén de acuerdo con sus intereses y visiones, y que otorguen actualidad a temas como el de los crímenes cometidos por los nazis, un tema que le concierne a la humanidad entera.